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Los sueños ocupan un alto porcentaje de nuestra vida; dedicamos mucho tiempo a dormir. En general una persona que alcance los 60 años habrá pasado aproximadamente 20 años durmiendo y 5 soñando (La noche temática. Sueños lúcidos, 2015). En otras palabras, una persona a esta edad ha ocupado el 33% de su vida durmiendo y el 8% soñando. Esta es una razón por la cual los sueños se han convertido en un campo de investigación de alto interés. Pero: ¿Cuál es el gran atractivo en investigaciones científicas? Los sueños se dan durante una etapa del sueño especifica conocida como REM (Movimiento rápido de los ojos) o como sueño paradójico. En esta etapa la actividad cerebral se asemeja a la de estado de vigilia (despierto); las mismas áreas del cerebro son activadas al realizar la misma actividad durante el sueño y en estado de vigilia.

Adicionalmente, existen los sueños lúcidos, y como su nombre lo dice son sueños donde el sujeto es consciente de que esta soñando de tal forma que puede llegar a alterar el contenido de su sueño. Se distinguen de los demás sueños porque la percepción de los cinco sentidos es comparable al de estado de vigilia y el sujeto puede razonar (LaBerge, 1985). Estos sueños pueden ser inesperados o desencadenados por un proceso de aprendizaje, es decir, cualquiera puede llegar a tener un sueño lúcido o ser un soñador lúcido frecuente.

Teniendo en cuenta esto, las investigaciones están enfocadas en estudiar el efecto de los sueños lúcidos en aplicaciones prácticas tales como entrenamiento de actividades motoras (ejemplo: gimnasia) o mejorar ciertas destrezas (ejemplo: tocar cierto instrumento). Tener sueños lúcidos puede conducir a mejorar movimientos en la vida real, debido a la cercana conexión entre procesos sensoriales y motores.

Para validar si hay relación en la actividad cerebral mientras soñamos y estamos despiertos se analiza la actividad cerebral con señales electroencefalografías (EEG) o imágenes de resonancia magnética (IMR). La imagen es un ejemplo de un estudio donde se muestra a un sujeto realizando la misma actividad (abrir y cerrar la mano) mientras está despierto y mientras sueña; podemos ver que las mismas zonas cerebrales son activadas (Dresler et al., 2012). Pero hay algo más curioso y es evidenciado en una señal de electrooculograma (EOG) donde se mide el movimiento de los ojos. Mientras sueñas tus ojos se mueven de acuerdo a lo que estas evidenciando en tu sueño y esto se puede captar a partir de una señal de EOG. Por esta razón, la etapa en la que se sueña se llama movimiento rápido de los ojos. Esto es muy usado a la hora de realizar investigación en el sueño ya que el soñador lúcido puede hacerle saber al investigador que ya está soñando moviendo los ojos con un patrón previamente planeado, por ejemplo, derecha-izquierda-derecha-izquierda-derecha.

Al lado izquierdo actividad neuronal en estado de vigilia. Al lado derecho actividad neuronal durante un sueño lúcido (Dresler et al., 2012).

Aunque todos soñamos a diario y de pronto alguna vez hemos tenido un sueño lúcido, pocos nos detenemos a pensar de la relevancia de los sueños, y mucho menos que está pasando a nivel cerebral. Pero, todas las investigaciones nos llevan a decir que los sueños lúcidos pueden llegar a ser potencialmente usados para estimular y trabajar actividades neuronales especificas con el fin de reflejar estos resultados en actividades motoras.

Fuentes consultadas

Dresler, M., Wehrle, R., Spoormaker, V., Koch, S., Holsboer, F., & Steiger, A. et al. (2012). Neural Correlates of Dream Lucidity Obtained from Contrasting Lucid versus Non-Lucid REM Sleep: A Combined EEG/fMRI Case Study. SLEEP. http://dx.doi.org/10.5665/sleep.1974

La noche temática. Sueños lúcidos. (2015). National Geographic.

LaBerge, S. (1985). Lucid dreamig. The Power of being awake and aware in your dreams. Tarcher.

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