En todo el mundo es común encontrar fisuras en las calles y paredes hechas con concreto. Esto constituye un hecho ‘normal’ debido a la erosión producida por factores ambientales en la mayoría de casos, sin embargo, la reparación de estos daños significa un costo para los gobiernos de turno.
Las bacterias se usan dentro de la ciencia de la Microbiología Industrial como insumo principal para el desarrollo de alternativas que le sirvan al hombre para solucionar problemas en distintos ámbitos. Entre estos escenarios, se destacan: salud, ambiente y aguas, alimentos, agrícola, genética, etc; pero un nuevo descubrimiento permite que la Microbiología actúe de la mano de la Ingeniería con el fin de solucionar el problema relacionado con los daños causados en estructuras de concreto.
Selección de bacterias para su inoculación en concreto
Un estudio del Research Journal of Engineering Sciences reporta una serie de criterios que deben cumplir las bacterias que se agreguen a la suspensión del concreto para que se lleve a cabo su crecimiento dentro de él. Debido a que el concreto es un material de construcción altamente alcalino, los microorganismos elegidos para su reparación, deben poder soportar esa condición por largos períodos de tiempo, aparte de ser capaces de producir esporas (estructuras de resistencia bacteriana), tener una alta actividad de la enzima ureasa, ser tolerable a iones calcio y amonio, y no ser patógeno.
Preparación de la mezcla y crecimiento bacteriano
Las cepas de Bacillus subtilis son ampliamente utilizadas como inóculos en el laboratorio para su mezcla con concreto. Estas bacterias tienen una membrana celular externa más gruesa que les permite permanecer viables hasta que el ambiente sea apto para su crecimiento. Estas bacterias se desarrollarán una vez existan grietas en el concreto que permitan el ingreso de agua reduciendo el pH del ambiente. La suplementación con nutrientes a base de peptona ayuda al proceso de formación de cristales de calcita.
Mecanismos para la corrección de fisuras en concreto
La bacteria utilizada debe ser capaz de transformar nutrientes orgánicos solubles en cristales de calcita inorgánicos e insolubles para sellar las fisuras. Para que este proceso se dé de manera correcta, tanto las bacterias como los nutrientes incorporados al concreto no deberían perturbar la integridad de la matriz del cemento.
Comentarios finales
Si bien aún se sigue trabajando en esta nueva tecnología con el fin de elegir las bacterias con mejor actividad de precipitación de minerales, desde ya es posible utilizarla para disminuir costos asociados a la erosión de estructuras en concreto. Los autores también comentan que estos hallazgos pueden ser transpolados a otros campos como a la protección de monumentos. Seguramente que una vez perfeccionada la tecnología, veremos concretos ‘vivos’ a nuestro alrededor.
Otro punto a favor de la Microbiología, la ciencia que todo lo puede.
Nutricionista Dietista y Microbiólogo de la PUJ. Junté grandes profesionales para hacer de este Portal, el medio más representativo del país en cuanto a educación en ciencia se refiere.